Empiezo esto sin saber a donde ir y sin saber como puede terminar, pero eso deja ya de importarme…
Sabado de sol, 14:30 hs, 5to B de Rivadavia, el lugar donde me inspiro varias veces en la semana se vuelve una sala de ensayo. Suenan los primeros acordes y siento que toco el cielo con las manos. No hay nada mejor que el orgullo por uno mismo.
Siento que llegó el pico más alto (en estos 3 años) de mi “carrera” como cantante. No creo conocer mucha gente con metas a cumplir, y sin embargo yo que las tengo, puedo ver como de a una se van cumpliendo. Hoy, una de ellas.
Se me llenan los ojos de lágrimas pero trato de disimular, intento seguir y me empapo de lo que amo. Siento en mi la ansiedad de verlo fluir arriba del escenario en diciembre.
Cantar y ver como crezco me encanta, sentir que puedo ser YO, en mi máxima esencia.
Le debo mucho a ella, Vicky, mi profe hace 3 años. Que me enseña a disfrutar cada uno de los momentos con la música y creo que hoy lo logró, logró hacerme ver quien puedo ser yo.
Gracias Vi por el empujón de siempre, gracias también por confiar en mi.
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